Festejos

Turismo

Festejos

Desde que comienza la cuaresma, tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo, es decir, para vivir en el Amor. Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.

La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.

Es durante este tiempo cuando nuestra Parroquia de San Antonio Abad, muestra a todos sus feligreses un impresionante altar de culto que nos hace recordar la Pasión de nuestro Señor Jesús, hasta su Muerte y el Sufrimiento de su Madre Dolorosa que nos hacen meditar en el gran Amor que Dios nos tiene, capaz de entregar a su único Hijo por nosotros.

En este rinconcito, está la Santísima Virgen Dolorosa vestida de Hebrea, con las lágrimas en sus bellos ojos contemplando en su regazo a su Hijo yaciente.

Al sufrimiento del espíritu, tristeza, angustia y soledad de Getsemaní, siguió el dolor corporal y físico de la flagelación, en un contexto saturado de toda clase de vejaciones y desprecios. Entre los romanos, al flagelado que había sido condenado a muerte se le estimaba carente de todo derecho como persona y de toda consideración como humano, y quedaba totalmente a merced de los verdugos; a menudo se desmayaba bajo los golpes y no raramente perdía la vida. Jesús aquella noche fue de Herodes a Pilato, acabó convertido en deshecho humano, varón de dolores, como había escrito el profeta Isaías: «No tenía apariencia ni presencia; lo vimos y no tenía aspecto que pudiésemos estimar. Despreciable y desecho de hombres, varón de dolores y sabedor de dolencias, como uno ante quien se oculta el rostro, despreciable, y no lo tuvimos en cuenta».

Aunque los Evangelios no lo refieran expresamente, María, además de las referencias que le darían las personas allegadas, pudo ver a su Hijo, maltrecho y desfigurado, en alguno de sus traslados de unas a otras autoridades, y cuando Pilato lo presentó ante la muchedumbre, y cuando ésta gritó que lo crucificara... Tuvo que oír a Pilato que lo iba a castigar, que lo entregaba para que lo azotaran..., y luego ver en qué había quedado el hijo de sus entrañas. Sin duda, la espada de que le había hablado el anciano Simeón, le iba atravesando el alma.

Estas escenas pueden revivirse en Pruna la noche del Jueves Santo, cuando nuestro Nazareno vestido de blanco y con las manos atadas procesiona en medio del gran silencio que lo llena todo.

Años antes este paso no salía sólo sino que lo acompañaba su Santísima Madre.

Como bien describe la poesía de Emma-Margarita R. A.-Valdés

Sobrelleva la Cruz de su agonía
descarnando sus pies en la agonía
descarnando sus pies en la andadura.
Sube por el sendero, con dulzura,
a cumplir la sagrada profecía.

Es reo de ambiciosa villanía
que arrastra por el suelo su hermosura,
y en un lienzo transmite su figura
con mensaje de etérea cercanía.

Es la soberbia humana, deicida,
la insoportable cruz de su interior
que causa la caída y el desgarro.

Tiene el alma angustiada, malherida,
la tristeza es más grande que el dolor
y en su mente palpita añejo barro.

Cargado con la cruz de salvación
camina el redentor, desamparado,
es el justo, por odio condenado
a morir, acusado de traición.

Delante del cortejo, un centurión
y el heraldo, que informa han coronado
al que se dice rey. Y a cada lado,
como insulto, le ponen un ladrón.

Penosamente pasa el buen pastor,
exhausto, maltratado, pero entero,
trasluciendo su espíritu inmortal.

Lleva a cuestas la cruz del desamor,
su peso es superior al del madero,
símbolo de su Reino universal.

Cae tres veces, cansado, el galileo.
Arguyen que no llegará al Calvario.
Para cargar la cruz, feliz gregario,
eligen a Simón, el cirineo.

Jesús yace en el suelo. Un clamoreo,
piadoso ante el suplicio sanguinario,
baja hasta Él. Y Cristo, humanitario,
les advierte del mal del pueblo hebreo.

Él es el leño verde, incombustible,
su savia lleva el agua del bautismo
que saciará la sed de eternidad.

El leño sacrosanto e invencible
es pasto del ardor del fanatismo
ciego ante el esplendor de la Verdad.

 

Esto mismo es lo que se vive en nuestro pueblo el día del viernes Santo por la mañana, cuando nuestro Padre Jesús el Nazareno parte de su templo hacia el calvario, con la Cruz a cuestas (cruz que porta por todos nosotros), acompañado en todo momento por la amargura de su Madre Dolorosa.

El recorrido de esta procesión es antiquísimo, respetándose siempre el mismo, en una de las etapas del camino pasa por el Puerto y es impresionante ver cómo los costaleros llevan ambos pasos por las calles estrechas y pendientes, se revive con intensidad al menos una parte de lo que tuvo que ser “El Calvario” para nuestro Señor.

Como nota destacar que antiguamente se representaban las tres caídas de Jesús, pero ahora no se llevan a cabo por temor al deterioro de la imagen.

El programa de Mayores de Pruna contó con una actividad espectacular, ya que participaron en la Semana Cultural de Gelsenkirchen. Los asistentes a tan mencionado evento fueron todos los emigrantes retornados que desarrollaron su actividad laboral en esta ciudad alemana, y que gracias a este viaje consiguieron revivir viejas experiencias.
 
El motivo por el cual se contó con esta actividad fue por el alto número de emigrantes pruneños que han desarrollado y siguen desarrollando (sus familiares,…) su actividad laboral en la ciudad alemana de Gelsenkirchen, en la zona norte de la región del Ruhr.
 
Mediante esta actividad se pretendió crear un encuentro entre los emigrantes retornados y el resto de trabajadores que siguen desempeñando su ocupación laboral en la ciudad alemana. Además se buscó el encuentro generacional entre jóvenes y mayores que sirvió para el intercambio de experiencias vividas, nuestros jubilados rememoraron etapas anteriores de sus vidas, ya que muchos de ellos habían pasado gran parte de su vida en esa ciudad, y como es de esperar allí habían quedado amigos, familiares, recuerdos, vivencias,....
 
No podemos olvidar que el regreso del inmigrante, ya sea temporal o definitivamente, es una “nueva migración”. Tras años, en muchos casos, décadas fuera del pueblo, se han producido muchos cambios, cambios en el entorno, en las gentes y en la propia persona del inmigrante retornado, ya no es el mismo, nada es lo mismo. Se está ante un proceos de cambio. Se han dejado atrás en el país de acogida, personas, vínvulos, vivencias. Esta situación se torna más fificultosa cuanto más apego se haya generado.

Actividades que se llevaron a cabo

El viaje comenzó con la recogida en autobús de los participantes en la Plaza del Pueblo por la mañana, los trasladaron al aeropuerto de Málaga y de allí iniciaron el viaje a Dusseldorf.
 
Una vez allí, se trasladaron en tren a Gelsenkirchen, se hospedaron en el hotel (algunos de ellos, otros en casa de familiares) y comenzaron a realizar las distintas excursiones programadas.
 
El primer día, el de llegada, se realizaron una visita por la ciudad, con objeto de ir familiarizándose con el entorno, una de las cosas que le resultó más llamativa fue la visita dle Veltins Arena, el campo de Fútbol del Shalke 04, el cual tiene la particualridad de que para combatir el intenso frío de los meses de invierno, el terreno de juego se desliza por completo fuera del estadio, para así poder tener más luz solar.
 
Más tarde visitaron el Parque de la Ciencia, y zonas verdes, tales como el parque del Palacio Berge, el Nordsternapark, antiguo recinto ferial de la exposición estatal de jardinería, el Revierpark Nienhausen o bosques como el Reser Mark.
 
En los siguentes días, se realizaron visitas a los lugares más representativos d ela ciudad, los cuales han sufrido muchos cambios desde que nuestros emigrantes abandonaran la ciudad alemana y retornaran a Pruna, tales como el Lüttinghoff House.
 
Dado que se había programado la visita con anterioridad, se contactó con muchos de los emigrantes que aún permanecen en aquella ciudad, y pudieron participar en uan serie de actos que a continuación se relatan:
  • Comenzaron con un crucero flamenco, el día 10 de Junio, mbientada con temas andaluces, con actuaciones,...
  • Visitaron el Palacio Horst, acto que hace que el visitante se traslade a la época renacentista.
  • El día 12 de Junio presenciaron una actuación en directo e incluso subieron al escenario.
  • El Sábado 13 de Junio, fue el día más especial ya que se produjo el tan esperado “hermanamiento entre los pueblos”y contó con numerosos actos, actuaciones, barbacoa, entrega de regalos,...incluso al final del acto nuestra alcaldesa dedicó unas palabras de agradecimiento por la acogida y recibimiento que el pueblo de Gelsenkirchen